Cada tanto, Internet se vuelve completamente loco y da paso
a una especie de “movimiento” con seguidores en todo el mundo. Todas y cada una
de las personas que tienen conexión a Internet lo hacen pero nadie sabe por
qué. Si intentáramos explicar o encontrar una definición a estos fenómenos
sería algo así: una persona normal (como tú o como yo) se aburre soberanamente
un sábado por la tarde y decide hacer algo increíblemente tonto o absurdo para
compensarlo.
En los últimos años, Internet se ha visto invadido por un
gran número de tendencias. Una de las más populares fue el “planking”, que en
realidad no necesita mucha explicación, ya que las fotos hablan por sí mismas.
Poco después, los internautas abrazaron otra postura denominada “owling”, lo
que no parece ni una innovación ni un gran avance con respecto a la tendencia
anterior. Tampoco lo fueron las tendencias que vinieron después.
Otra
característica es que en poco tiempo la gente abandona el movimiento actual y
adopta uno más guay. Por eso, hace un mes, cuando cuatro adolescentes
australianos subieron un vídeo en el que bailaban de forma caótica al ritmo de
una canción llamada “Harlem Shake”, el mundo se volvió completamente LOCO. En
menos de 30 días, el vídeo tuvo 25 millones de visitas, la canción vendió casi
12.000 copias y los vídeos que se subieron a la red de gente imitándolos
alcanzaron los 4.000 diarios.
El vídeo se volvió tan popular que incluso soldados, marcas
conocidas y empleados de importantes empresas comenzaron a hacer sus propias
versiones. Cada uno de los vídeos se extendió de manera viral, alcanzando
algunos de ellos el millón de visitas. Nadie había visto semejante movimiento
de baile desde que la Macarena arrasara el mundo hace veinte años (la única
diferencia es que la Macarena tenía cierta coreografía mientras que el Harlem
Shake imita los movimientos de una taladradora).
Como ya mencionè, el interés por estas tendencias
desaparece muy rápidamente. Así es como en la última semana, la popularidad del
Harlem Shake se ha desinflado como una rueda con doce clavos incrustados. La
cuestión es: ¿cuál será el próximo éxito en la Web? Echando un vistazo a lo que
ha pasado hasta ahora, será algo tan alocado que tendrán que crear un nuevo
adjetivo para describirlo.
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